En Buenos Aires seguimos soportando toda la ira de Dios: inundaciones, granizo, nieve, tromba marina, humo y ahora ceniza volcánica. Entre todos estos signos del Apocalipsis, Alejandro Dinamarca captó con su cámara lo que se vio (o no se vio) en La Plata durante los días que la ciudad estuvo bajo una densa nube de humo.
El trabajo logra un clima muy particular, casi onírico. Si bien son fotos color, las particularidades meteorológicas hacen que tengan un extraño tinte. No parecen ni color ni blanco y negro.
Es interesante señalar que Dinamarca no es fotógrafo profesional, es músico. En el diario El Día publicaron una nota sobre esto y acá pueden ver todas las fotos.
viernes, 9 de mayo de 2008
Humos del vecino
Publicado por Aguilucho en 17:11
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11 comentarios:
que ojo tiene usted Aguis. No parece ser tan adolescente en cuanto a ojo fotográfico se refiere, sino todo un artista mayor de edad. abrazo grande
Geniales.
Que semejante mierda de humo haya dejado tan buenas fotos es algo digno de destacarse.
saludos.
es que no es adolescencia física, sino mental.
saludos!
algo bueno les dejo el humo...
besos!
No todo huele mal en Dinamarca, vió?
(esta vez cero click, porque ese archivo me llegó hace 10 días)
Pregunta post data: ¿un adolescente mental tiene granos en el cerebro?
Que buen ojo el de este músico! Estas y las fotos de las bodas que posteaste antes, me hacen pensar que los fotógrafos cada día se ven más desafiados a destacarse como artistas y actores sociales y no tanto como manipuladores de una técnica o una tecnología. Ella misma los está forzando a la creatividad, no les queda otra, me parece. Lo digo porque conozco mucha gente que cree que la fotografía reside en la utilización cada vez más sofisticada de los recursos técnicos y en el preciosismo de la imagen.
Demasiado bueno.
Quiero llegar a captar así algún día.
Cada vez estoy más convencido que para sacar buenas fotos hay que saber menos de técnica que de otras cosas que pueden aprenderse en la vida.
Muy bueno!
Es verdad que la naturaleza está algo enojada con nosotros. Estas fotos al menos nos permite sacarle a semejante ira un mínimo de provecho.
Bien ahí, Aguilucho, levantando la puntería.
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