Mi amigo Diego D. es fotógrafo. La triste situación de nuestro país y las denigrantes condiciones laborales de los medios lo arrinconaron contra las cuerdas del sufrimiento, el trabajo inestable y la paga magra.
Diego se ve obligado a emigrar, a buscar nuevos horizontes. En su desesperación por conseguir un sustento, Diego consiguió un contrato por 6 meses para trabajar en Costa Rica.
Ahí, agobiado por el calor, va a estar todo el día en malla. Claro, su trabajo es en la playa. Lo contrata un hotel 5 estrellas para ser el fotógrafo de los pasajeros.
¡Pobre Diego! Me lo imagino soportando a las suecas y danesas que lo van a ver como un simple juguete sexual del tercer mundo. Me lo imagino cansado del sistema all inclusive, que impide que uno esté sobrio o tenga hambre. Me lo imagino preocupado por qué hacer con su sueldo en dólares, dado que en el hotel le van a dar todas las comodidades y no tendrá en qué gastar la plata.
Estamos con vos Dieguín, si la desesperación te sorprende en una tibia noche de luna, contá con tus amigos que vamos a ir a ayudarte.
martes, 20 de noviembre de 2007
Qué vida dura
Publicado por Aguilucho en 18:43
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